¿Por qué
proteger los Oso Panda?
El cuerpo del oso panda es macizo y bajo, casi
rechoncho, el oso panda presenta una coloración blanco (algo amarillenta) con
características manchas negras, que le confieren un patrón de camuflaje ideal
tanto entre la penumbra del follaje de bambú como sobre la nieve. Su cara ancha
“de payaso” tristón provoca el afecto humano, pero probablemente para otro
animal sea un signo de amenaza, lo que no deja de ser un sistema de defensa.
Comer y
dormir
Normalmente, el oso panda dedica entre 10 y 12
horas diarias a comer, pero si el poder nutritivo de la planta es mínimo y sus
necesidades altas, puede necesitar más de 14 horas para saciarse. Después de dormir
lo imprescindible, se levanta nuevamente con hambre, de manera que no hace otra
cosa que comer y dormir. Según la estación del año, prefiere devorar hojas y
brotes tiernos o bien tallos duros y leñosos. El oso panda en invierno no
hiberna, por lo que no puede dejar de comer: debe seguir vagando por el bosque
nevado y busca mejor clima a menor altitud. Por ello, cambia la especie de
bambú, ya que en los pisos alpinos abunda sobre todo Sinarundinaria fangiana,
mientras que a menor altura domina Fargesia spathacea. La presencia de varias
especies en su territorio es muy favorable para el panda porque, además de
dejar descansar a unas mientras come otras, la garantiza comida cuando una
especie florece, pues todos los bambúes mueren después de producir flores.
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